Un día te fijas inevitablemente en sus Ojos, los miras, llenos de atención. Sin saber porqué, los has observado, y aunque no lo sepas, te han agradado más de lo que pensabas.Y si, por instantes, esa persona también te ha mirado...
Te das cuenta de que te gusta cuando al ver que te mira, te sonrojas tontamente, y al pasar, esbozas una tímida sonrisa. Una conversación de un minuto puede convertirse en los 60 segundos más intensos del mundo. Deseas que acabe, te ruborizas a más no poder..y cuando acaban, te vienen a la cabeza las mil cosas mejores que podrías haber dicho. Pero da igual, sientes cerca esos 60 segundos aún. Cuando empiezas a sentir, empiezas a evitar. Y aunque no lo sepas, evitas hablar, mirarte, cruzarte...por la simple razón de que te gusta. Sí, te gusta... y ya no hay vuelta atrás, no te queda otra que reconocerlo. Y callarlo lo hace aún más emocionante.
Y aunque aún no sea amor, esa ilusión, esa atracción se convierte en la aventura mas motivante con el transcurso de los días. Quieres acercarte, que se rocen las manos por casualidad...
El juego de la seducción puede ser el mayor detonante de nuestras ilusiones, motivaciones y sensaciones. Buscar sus ojos, puede ser nuestro juego de felicidad, de complicidad.